En horas inoportunas
van y llegan las noticias
que revientan y hacen trizas
al corazón de las dudas.
A buen tiempo he notado
que mi arte de bajas letrinas
es el auxilio de almas perdidas
y alarma de lo no confrontado.
Los libretistas de las cosas no escritas
hacen festines los días de guardar
rompiendo esquemas de eventos clasistas
nunca jamás con algo útil que aportar.
Que nadie se sienta aludido a destiempo
pues no permitiré que me arrojen al averno:
Los tiempos de prohibiciones ya pasaron
y las cárceles se quedan sin guardia ni jurado.
Pienso atreverme -si se atreven-
a colocar las cosas en su sitio
pues los incautos la moral agreden
y ni magia barata ni leyes harán plebiscito.
No toleraré cursilerias de quinta, ni cuarta
ni daré trofeos a ridículos males:
infortunios del intelecto más bien impares
que ni verdad, ni mentira, sólo idioteces canta.
Pongamos punto final a lo ya iniciado
no espero que siga lloviendo sobre mojado
y las gafas del combate hoy me quito
tal y como ella lo quiso.
-Raziel-
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